14 marzo: Día Internacional de acción contra las represas y en defensa de los ríos, el agua y la vida.
El Día Internacional de Acción contra las Represas y en Defensa de los Ríos, el Agua y la Vida fue adoptado por los participantes del primer Encuentro Internacional de Afectados por las Represas, en marzo de 1997 en Curitiba (Brasil). Representantes de 20 países eligieron el 14 de marzo como el Día Mundial de Acción, cuyo objetivo es “elevar nuestras voces al unísono contra proyectos de gestión de agua destructivos, recuperar el bienestar de las cuencas hidrográficas, y exigir una gestión equitativa y sostenible de los ríos”.
De los ríos y los lagos se extrae el 63 % del agua que utiliza el hombre.
La acción humana amenaza seriamente a los ríos del mundo. Expertos indican que 77% de los 139 ríos más grandes del norte de Europa, Norteamérica y la ex Unión Soviética están afectados por la fragmentación y la regulación del flujo hídrico causadas por la construcción de grandes presas.
Esa situación generó el concepto de caudal ecológico, referido a la cantidad necesaria de agua de los ríos para asegurar los servicios ambientales que aportan, tales como: anidación, reproducción, desove y crecimiento de peces y anfibios.
México cuenta con casi dos millones de kilómetros cuadrados de superficie terrestre con una red hidrográfica de 633.000 kilómetros y dentro de ella se han delimitado 1,471 cuencas hidrográficas. Son 51 los principales ríos (que reúnen en conjunto el 87% del agua superficial del país), tiene además numerosos tributarios, riachuelos y arroyos permanentes o intermitentes, además de los ecosistemas lénticos (humedales, lagos y lagunas).
Entre los humedales se encuentran los cenotes, de gran importancia, no sólo biológica sino arqueológica, histórica y cultural por su presencia en la cosmovisión maya. Dentro del pensamiento místico, estos espacios eran considerados como entradas al inframundo .
Se estima que los siete sistemas fluviales con el nivel más crítico de alteración hidroecológica son: los ríos de las cuencas de México, Balsas, los de las cuencas del lago de Cuitzeo, Bravo, Santiago, Pánuco y de San Luis Potosí, es decir, 31% de la red hidrográfica y 26% del territorio nacional.
Una “presa” o “represa” es una barrera que se construye sobre un río o arroyo, con la finalidad de formar un lago artificial para su posterior aprovechamiento en abastecimiento o regadío, para la producción de energía eléctrica, o para regular zonas de inundación.
Sin embargo, estos beneficios pueden llevar consigo un alto coste ambiental. La inadecuada construcción de presas, bordos, canales, acueductos y otros embalses produce grandes problemas socio-ambientales. En los ríos, generan disminución del caudal, desviación, represamiento y, en el caso más crítico, el agotamiento total del caudal; además, del desplazamiento de poblaciones por las inundaciones.
Pérdida del volumen de agua, reducción de la cantidad de peces autóctonos y efectos irreversibles sobre los humedales; inundación de grandes extensiones de tierra y con ello la pérdida de plantas y animales, quedando sumergidas bajo el agua y en descomposición, emitiendo grandes volúmenes de dióxido de carbono y de metano, gases de efecto invernadero que aportan al calentamiento global.
Las presas se han visto como instrumento de poder y dominación de la naturaleza, privando a las poblaciones del acceso a los recursos de los ríos. Su inadecuada implementación genera violaciones de derechos humanos y empobrecimiento de comunidades, condenando a pueblos enteros al desarraigo y la pérdida de identidad cultural.
Incluso la Comisión Mundial de las Represas, tras estudiar 125 represas reconoce los beneficios que aporta esa infraestructura pero pide su eliminación y la restauración de los ríos porque la fragmentación del 60% de ellos ha desplazado a cerca de 80 millones de personas, la reubicación de la gente ha fracasado, y se ha empobrecido y causado sufrimiento a millones de indígenas.
Los ríos son mucho más que agua fluyendo; las orillas, bosques ribereños, humedales, estuarios y aguas subterráneas, son parte de la vida del río. No solo llevan agua; una gran cantidad de sedimentos ricos en nutrientes y minerales disueltos también son transportados, ayudando a fertilizar tierras bajas y mares. Sustentan todas las formas de vida.
Los sistemas hídricos ayudan a mitigar sequías, inundaciones, recargar los acuíferos, y sirven como medios de transporte fluvial. Difícilmente podríamos sobrevivir sin los beneficios que estos sistemas proveen.
Se busca hacer frente a proyectos de gestión de agua destructivos, con miras a recuperar y proteger las cuencas hidrográficas, por medio de una gestión equitativa y sostenible de estos vitales cuerpos de agua.