Día del Árbol

Hoy se celebra el Día del Árbol, y es una jornada para reflexionar sobre la importancia de los bosques y fomentar acciones de protección, conservación y restauración.

 

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), propone recordar la importancia de proteger las superficies arboladas que, entre muchos otros beneficios, transforman el dióxido de carbono, minimizan los riesgos de inundación, evitan la erosión, son hábitat de la mayoría de las especies de fauna y dotan de belleza al paisaje.

 

Los bosques y selvas forman parte de la identidad y cultura de México al ser nuestro país una de las naciones con mayor diversidad biológica en el mundo. De acuerdo con el Inventario Nacional Forestal y de Suelos; cerca del 70% del territorio mexicano, 137.8 millones de hectáreas (ha), está cubierto por algún tipo de vegetación forestal: matorrales xerófilos (41%), bosques templados (25%), selvas (22%), manglares y otras asociaciones de vegetación (1%), y otras áreas forestales (11%).

 

Aunque en el mundo esta fecha se conmemora el 28 de junio, en México se celebra el segundo jueves de julio desde 1959 por un decreto del entonces presidente Adolfo López Mateos.

 

La Comisión Nacional Forestal (Conafor), ha destacado la importancia de los árboles, ya que de ellos se obtiene madera y celulosa para crear papel, combustible como leña y carbón, además proporcionan medicina natural. Los árboles captan y recargan las fuentes de agua, liberan el oxígeno y capturan el dióxido de carbono, además el arbolado urbano permite ahorrar dinero al conservar agua, reducir el dióxido de carbono, conservar energía y disminuir la contaminación.

 

No podemos dejar de mencionar que los árboles son de gran ayuda y utilidad en zonas urbanas. Protegen del ruido, regulan la temperatura, son barreras contra el viento, dan sombra y privacidad, mejoran el paisaje y retienen los contaminantes.

La participación de los diferentes actores de la sociedad sea cada vez más necesaria, con una mejor y más efectiva incidencia, no sólo en el diseño de políticas públicas, sino también en su ejecución y posterior evaluación.

 

El cambio de uso del suelo, la tala ilegal, los incendios, las plagas y enfermedades, así como el cambio climático son los principales retos que enfrentamos en la conservación de nuestros recursos forestales.

 

México reconoce la importancia de conservar, manejar y restaurar activamente los ecosistemas boscosos, así como los invaluables bienes y servicios ambientales que ofrecen estos ecosistemas, por lo que ha desarrollado políticas públicas específicas para promover que las comunidades que los habitan obtengan mejores oportunidades de bienestar a través de su manejo sostenible.